A Ushuaia se la conoce en lengua de los Yaghanes o yámanas, sus primeros habitantes, como “la bahía que penetra hacia el poniente”. El surgimiento del núcleo urbano ha sido lento, sobretodo debido a sus características climáticas, construyéndose en las adyacencias de centros misionales ya establecidos.
Ivana y Alejo su hijo de 10 años nos esperaban en el aeropuerto recibiéndonos con un cartel donde se leía “Bienvenidos familia Cabello”. Cuando viajas por países donde no tienes familia o amigos, siempre es una gozada que te reciban con cariño y con esos pequeños detalles que hacen del momento vivido más especial y que dicen ya mucho de la calidez de las personas con las que convivirás unos días. Ivana es una joven Argentina, con mucho carácter, divertida y que desprende pasión allá por donde pasa. Alejo es un niño adorable, que a mi particularmente, me recordaba en su manera a Jonathan, mi sobrino cuando tenia su edad, extrovertido, atento, amante de la naturaleza, dulce, alegre y con un corazón tan grande que le desbordaba.
Su casa es de madera, como las del lugar, tienen una perra preciosa, enorme, color marrón, “Ianka”, todo un personaje y un miembro más de la familia. Nos esperaba una deliciosa cena, donde el cordero patagónico estaba para chuparse los dedos.
Mate entre amigos
Desde que entras en Argentina te das cuanta de la importancia y tradición cultural asociada al mate. Los ves por todas partes, no solo en las casas, sino el mate forma parte de sus mismas figuras, en los autobuses, en la calle, en los parques, ves a todo tipo de personajes compartiendo, cebando, absorbiendo y disfrutando casi de forma obsesiva ese liquido que de tanto ver te dan ganas de probar y saber mas de él.
– Ivana nos podrías explicar acerca del mate, nos tiene realmente asombrados, la forma en que el Argentino lleva la bebida a todas partes.- Le preguntamos mientras cenábamos.
– Si queréis mañana tras dejar a los niños en el colegio preparamos uno y os explico.- Ivana contestó de forma practica, pues es mucho mejor una buena explicación compartiendo nuestro primer mate.
Es gracioso, considero que España tiene un vinculo cultural con el café, el cortado o el café con leche, muy semejante, compartiendo con los amigos, o saboreándolo en un momento muy tuyo. Pero no me imagino llevándonos la cafetera, la tacita y el agua caliente en un termo para prepararlo en cualquier momento.
El mate es la bebida nacional, una tradición heredada de los indios guaraníes. Cuya palabra proviene del idioma quechua, describiendo a una calabaza. La yerba es llamada yerba mate, proviene de un árbol de la selva Paranaense. La bebida se prepara en una calabaza, cuya forma redondeada es muy agradable de sostener, se toma mediante una cánula con forma de bombilla toda agujereada, generalmente metálica, que sirve de colador. Unos lo prefieren azucarado, con miel, solo, hay diferentes tipos de mate. Para que el mate este listo para tomar, se tiene que tener en cuenta un “todo”, desde la temperatura del agua, la cual no ha de llegar a hervir, hasta la forma de colocar la bombilla en su interior y sin moverlo al absorber. La persona que realiza el mate, se le llama cebador, quien tomara el primer mate y luego lo ira pasando en ronda volviendo a cargar la hierba y el agua caliente, formándose una espumilla alrededor de la pipeta.
– Caray Ivana!!! yo me quemo, como colocas la lengua en la bombilla.– Notaba la punta de la lengua ardiendo a cada sorbo.
No conseguí finalizar el mate sin quemarme la punta de la lengua, y espero irme de Argentina habiendo podido descubrir como lo toman tan rápido sin esperar a que la temperatura disminuya y sin parecer tener mi mismo problema. El ritual a su alrededor te cautiva, pues al fin y al cabo en su esencia, la bebida lo que consigue es compartir, crear conversaciones, estimular al grupo a trasmitir sus momentos vividos, reír sabiendo escuchar a través de los sentidos.
La magia en Tierra de fuego
Los paisajes y nuestra estancia en Patagonia nos han despertado los sentidos, las emociones que se juntan son varias, por un lado los colores de otoño amarillos, cobrizos y anaranjados, me trasladan al Montseny con una fuerza constante, por otro lado estamos en nuestro decimo mes de viaje, con lo cual a mi particularmente la nostalgia de compartir momentos con mis seres queridos la siento mas profundamente, que ganas tenia de sentir frío, de ese olor a montaña, de la tierra húmeda con ese particular olor a vida, de caminar perdiéndote por los senderos, de observar animales, de abrazarme a los arboles, de esa energía que irradia alegría, libertad, ganas de ver mas allá.
Alejo nos prestó durante esos días el libro “Explorando Tierra del Fuego” de las autoras Maria Laura Borla y Marisol Vereda, que le había regalado su mama, con el fin de incentivarle en el conocimiento de esta hermosa tierra y de su espíritu explorador. Y en él nos íbamos sumergiendo con el fin de conocer mejor la realidad que vivíamos, fue a través del libro, de la mano de Ivana y de Alejo que tuvimos la oportunidad de descubrir diariamente nuevos caminos.
La Patagonia en todo su esplendor
Sabíais que existen numerosas explicaciones para explicar el origen del nombre “Patagonia”. El término proviene de la primera expedición europea al mando de Hernando de Magallanes que llegó a estas latitudes en el año 1520. Patagonia como símbolo de pie grande o del portugués “patagao”. Relatando su contacto con los nativos de la zona.
“se presento ante nosotros un verdadero gigante” duplicaba a los españoles en estatura “llevaba este hombre unos zapatos hechos con la misma piel”
Pigafetta, cronista de la expedicionde Magallanes
Esta versión fue puesta en tela de juicio mas tarde por otros navegantes,
“si patagones quiere decir pie grande, estos indígenas no merecen el nombre….estos cuatro patagones que he medido pueden ser mencionados entre los hombres de pie mas chico de las razas que han sido observadas”
Perito Francisco P. Moreno
Así podemos llegar a versiones como Tierra de Pentagones aludiendo a los nativos…. U otro tipo de explicaciones que intentan aportar claridad al término. Mientras el origen de tierra de fuego viene ligado también a los nativos, los cuales hacían fuegos para calentarse y cocinar, con lo cual por la noche se distinguían un sinfín de puntos luminosos que brillaban en el bosque, de ahí el nombre de Tierra de Fuego.
“A la noche observaron que muchos fuegos brillaron en el boscaje de las tierras situadas al sur y eran tan llamativos que sirvieron para denominarla Tierra de Fuego”
Taiana
Un paseo por el bosque
– ¿Qué vamos a hacer hoy, no hay colegio?.- Comentaba el grupo de niños
– Quizás podríamos ir a pasear con Ianka, y así Alejo nos muestra el caminito del bosque que lleva al tren del fin del mundo.- Les comente valorando su respuesta entusiasta.
Íbamos camino del bosque, turnándonos su correa. Al salir de casa, decenas de perros se nos acercaron debido a la presencia de Ianka, la perra de Ivana y Alejo. Nos fuimos deshaciendo de ellos, a pesar de que costo lo suyo. La perra es preciosa, enorme y la tienes que sostener firme si no quieres que ella te pasee a ti. Los niños iban charlando, el camino era una explosión de colores otoñales, el olor increíble, y como había llovido, la tierra estaba húmeda. Alejo es un niño que se conmueve frente a la naturaleza, nos mostró entre los arboles, la “barba de viejo”, signo de la pureza del aire. Se paraba, nos hacia señales para que detenernos, imitando el sonido de los pájaros mediante un plástico en la boca. Era tan similar el sonido que emitía, que los pájaros le respondían. El camino cada vez más embarrado, se acercaba el atardecer y la temperatura estaba descendiendo rápidamente, Noa empezó a protestar pues sin darse cuenta las manos ya no las sentía, así que decidimos dar la vuelta.
Al llegar a casa Noa lloraba de frio, así que le enrolle en una manta y nos pusimos a ver una película, no recuerdo su titulo pero el protagonista muy elocuentemente en un momento dado menciono:
– El destino esta escrito en las estrellas.- a lo que Noa contesta mirándome muy seria.
– Interesante, interesante , esto de que el destino este escrito en las estrellas, pero no puede ser, por que las estrellas están aplastadas en el cielo, entonces ¿como se puede escribir sobre ellas?.- Me quede sin palabras.
Ángel y yo preparamos la cena, esperando que Ivana regresase del trabajo. Como siempre la cocina tomo vida, crema de verduras, pudin de patata carne y tomate de segundo. La puerta chirrió, y la voz de Ivana irrumpió con su característica eclosión, y de nuevo las conversaciones de familia surgieron alrededor de la mesa donde cenábamos acompañados de un buen vino tinto.
Matriculados en Ushuaia y escapada al glaciar
Habíamos intercambiado varios mails con Ivana acerca de la posibilidad de que Ishi y Noa se incorporasen a las respectivas clases del colegio de su hijo, Ivana había conversado con el director de la escuela sobre nuestra llegada e intención de que nuestros hijos compartieran esos días con ellos. Es curioso como en cada país la misma situación se procede de forma diversa. En Ushuaia tuvimos que matricular a Ishi y Noa por trámites burocráticos durante esos 10 días, así que constan como escolarizados, a nosotros nos resultaba de lo mas curioso y divertido, escolarizados en Tierra de Fuego.
– Mami como se cierra esta ducha, mami donde esta mi cartera, mami donde esta la bata que me dejó Alejo, no la encuentro, voy a llegar tarde a la escuela.- Ishi no dejaba de preguntar donde encontrar todo lo necesario.
– Caray Ishi espabila, Alejo ya esta preparado y desayunado y tú todavía por aquí danzando, chico dale, céntrate.- A veces conviviendo con otras familias con hijos de las mismas edades, ves como te pueden llegar a tomarte el pelo, o bien la dependencia de dejárselo todo preparado les mengua su autonomía.
Finalmente te das cuanta de que su autonomía no depende tanto de ellos sino de dejarles hacer por ellos mismos, a veces en nuestro querer hacerles las cosas más fáciles les impedimos que crezcan a su debido tiempo siendo responsables de todo aquello que ya pueden hacerse cargo en relación a su edad. Mientras que Ishi todavía reclamaba como regular bien el agua caliente de la ducha, Alejo se había duchado, vestido, preparado la mochila para ir a la escuela y había desayunado, mientras su madre apuraba los últimos minutos en la cama. Esos días Ishi espabilo de lo lindo, y al final era tan rápido como su amigo. Sabia que Ángel se encargaba esa mañana de acompañarlos a la escuela, así que me relaje y seguí durmiendo.
Noa no se incorporó esos días a la escuela, el colegio de Alejo iniciaba en primero de primaria y aun dándole la oportunidad a pesar de sus cinco años, de integrarse a primero con niños de 6 años, Noa al ver los pupitres dispuestos como “en la clase de los niños grandes” no quiso quedarse en el aula. Ishi estuvo encantado pues se unió a la misma clase de su amigo, el cual le puso al tanto del ritmo habitual, de los chismes del momento y le presentó a sus mejores amigos, haciendo un tándem inseparable. Mientras los dos niños pasaban el día en la escuela, Ángel, Noa y yo nos fuimos a descubrir la lengua del Glaciar Martial en la misma Ushuaia. Ummm! Que vistas.
En el faro del fin del mundo
Decidimos hacer una de las excursiones que no te debes perder si visitáis alguna vez Ushuaia, tomas uno de los barcos que navegan por el Canal de Beagle, recorriendo la Isla de Lobos, pájaros y regresan rodeando el Faro del Fin del Mundo “Les eclauteurs”.
De nuevo, el grupo maravilla recorriendo este espectacular mundo, ya como parte de la familia Alejo mostrándonos de nuevo su natural atracción hacia los animales y seres vivos. Fue una gozada disfrutar de la fuerte relación que se estableció entre ellos dos, la complicidad y la alegría al verlos juntos se palpaba en cada uno de sus movimientos.
No me extraña que la vista del faro inspirase a Julio Verne en su novela titulada precisamente “El faro del fin del mundo”. No os voy a mentir, me enamore de estas tierras, poseen una energía especial, una soledad que conquista, donde la tierra se sumerge en las aguas, donde los hielos, el frio y la fauna que habitan las aguas te empiezan a dibujar algo parecido a la Antártida. Has de sentirlo, la sensación es difícil de explicar con palabras. Tan especial como la familia con la que convivimos esos días. A veces no precisas mucho tiempo para conocerte, simplemente eclosiona entre todos un hacer de forma natural con el que todo el mundo vibra en la misma sintonía.
Desde el barco divisamos un cormorán zambulléndose en el mar en busca de su presa, volaba por encima nuestro y ascendió de nuevo sereno hacia las rocas. Nos acercamos a diferentes montículos donde los veías a cientos, tocando sus alas unos con otros, parecían pingüinos aprovechando los rayitos de sol que se filtraban entre las nubes.
Nos perdimos la temporada de avistamiento de ballenas y pingüinos, pues ya habían emigrado hacia lugares más cálidos, pero los leones marinos yacían sobre las rocas calientes esperando compañía, una gran manada observándonos, levantando sus cabezas mirando al cielo, frotándose unos con otros, jugueteando los más jóvenes, en ese torpe movimiento de sus cuerpos redondeados rellenos de grasa. Es maravilloso poder observar los seres vivos en libertad, el tiempo se pasa volando, no queriéndote alejar de su mirada, gustosa de formar parte de su manada, de su entorno, de este lugar, de ese olor a mar, impactados en esa ubicación tan austral.
Entre lagos, un chocolate caliente
La diversión estaba asegurada, entre todos preparamos un snack por si el hambre en el camino llegaba antes de lo esperado y lo necesario para pasar el día fuera, había mucho que visitar camino hacia el Paso Garibaldi, Lago Fagnano, Lago Escondido, Comuna de Tolhuin y finalmente otro picnic en la Laguna Esmeralda.
Hicimos una pequeña trampa, pues el coche de Ivana no es muy grande y Noa o uno de nosotros sobraba, en total éramos seis: Ivana, Ángel, Alejo, Ishi, Noa y yo misma. La policía solo permitía a tres detrás y dos delante. Si queríamos hacer la excursión, solo quedaba alquilar otro coche o intentar apretujarnos un poco mas, decidimos apretujarnos un poco más. Al salir de Ushuaia tienes que pasar un control de policía, así que Noa por la ser la mas pequeña fue medio escondida sobre las piernas de Ivana con el cinturón puesto y entre un abrigo que la cubría. Dos delante y cuatro detrás.
– Puedo salir ya, hace mucho calor.- Noa se quejaba entre el batiburrillo de cosas que le tapaban.
– Shiiii Noa, enseguida pasamos y nos ponemos bien.- Le tranquilizaba Ivana, sonriendo a la policía.
– Uuuujuuuuu! No se han dado cuenta, muy bien Noa.- Ishi y Alejo estaban entusiasmados tras pasar el control.
El día fue transcurriendo atravesando los Andes fueguinos, descubriendo los diferentes lagos ocultos en la cordillera, al pie del paso Garibaldi. Imponentes espejos de agua, rodeados de naturaleza. Incluso si te abstraías podía parecerte un paraje a orillas del mar, puesto que el viento patagónico, siempre dispuesto embravece las aguas del lago creando olas en su orilla y sus dimensiones le dan un toque inusual, casi surrealista. De nuevo nuestros sentidos quedaron impactados por la belleza salvaje de estos lugares.
– Ivana sabes que me he olvidado, ropa de repuesto por si terminan en el agua.- Comente en una de nuestras paradas.
– ¿Que me dices?, eso ya no sucede, son grandes, yo ya no recuerdo la ultima vez que pensé en la ropa de repuesto, debía ser Alejo muy pequeño.- Contestó muy segura.
Y la preparación del picnic iba de lo lindo, un poquito de pan por aquí, con un trocito de salami, olivas, pate, queso, unas patatas….. cada cual preparándolo con su receta especial. Los niños corriendo de un lado al otro, lanzando piedras al lago, aventurándose entre los senderos, risas y más risas, querían construir un dique. Otro sándwich, conversaciones en la intimidad de la naturaleza, relajo, vivencias y de repente un gran splashhh….
– Mamaaaa! Esto esta helado, ¿pero como ha sido?.- Alejo había caído al agua del lago, Ishi estaba muerto de risa, mientras su amigo parecía petrificado y confuso.
– Pero que boludo, ¿Cómo es posible?, te vas a congelar, ves desnudándote, te has de quitar esta ropa mojada.- Ivana y yo nos mirábamos, mi mirada lo decía todo.
– Ya te lo dije Ivana, con los míos lo se por experiencia, siempre alguno de mi familia termina en el agua, Ishi anda desvístete y deja algo de ropa a tu amigo.- Conteste mientras los dos niños se iban desprendiendo de la ropa.
La calefacción a tope, mientras las ropas de alejo iban secándose, la risa era contagiosa, los dos niños medio desnudos compartiendo prendas secas, un calor increíble dentro del coche para quien estuviese vestido, pero todo soportable, el día iba tocando su fin y antes de regresar a casa, Ivana nos llevó a una pastelería típica de Tolhuin y en ese lugar un tanto peculiar disfrutamos de un cálido y azucarado chocolate fueguino.
Asado argentino entre amigos
Ángel estaba entusiasmado desde nuestra llegada a Argentina, le apasiona la carne, mientras que yo disfruto mucho más del pescado y del marisco. En Argentina existe un saber popular sobre el rito del asado. Constituye una de sus mayores tradiciones gastronómicas y constituye del mismo modo una buena excusa para reunirse con los amigos. Durante nuestra estancia con Ivana conocimos a alguno de sus amigos, Roberto tiene esa mano, ese don, esa manera de darle el punto justo y de crear un ambiente alrededor del fuego mientras el asado va tomando la esencia deseada. El bueno de Roberto con su encanto, uno de los mejores amigos de Ivana participó en nuestra última noche en tierras fueguinas. Una copita de vino tinto acompañando el entramado de conversaciones y risas que tuvieron lugar durante la preparación del asado, en la degustación y tras finalizar esa sabrosa carne patagónica.
Quizás algunos os preguntareis, pero ¿que tiene de dificultad un asado?, solo hay que prender el carbón sobre unos hierros calientes,… pero en realidad, por mucho que creamos dominar el tema, en Argentina, aprenderíamos todavía mas, pues no es solo el carbón, sino la leña, no es solo el tipo de carne sino su preparación con ese algo diferente con el que le dan su toque especial, no es solo la conversación sino el duende que conlleva todo con esa naturalidad tan propia. Para el asado hay que tener ese algo musical, una complicidad con el fuego, con la carne para extraer de ella lo mejor, para que se cocine culminando su gusto, la magia en los colores de la noche ante las llamas, ese olor lleno de arte, ese sentimiento, ese esmerarse al máximo agasajando al amigo. Ese asado servido a la mesa entre amigos con una copa de vino en la mano, al son de las brasas y sus jugos llenos de esencia.
Y la guinda del pastel, un hermoso parque natural
El otoño crea en los bosques una disparidad de colores que van desde el amarillo al rojo pasando por ocre, los olores, la libertad, el cielo azul, esa belleza que nos rodeaba nos inundaba de felicidad, una risa contagiosa invadía el silencio a cada momento.
Has llegado al “fin del Mundo”. Montañas, mar y bosque reunidos en un paisaje, celoso de sus historias, que tiene mucho para relatarnos en su particular lenguaje de formas, movimientos, colores, sensaciones y ausencias. Descifrarlo requiere que te conviertas en un observador atento a todo lo que te rodea, grande o pequeño, cercano o lejano, vivo o inanimado; porque todo esta íntimamente relacionado. Busca allí las respuestas a tus interrogantes. Para esta forma de observar su mundo, los Yaghanes poseían una expresión: Maiá-Kú. Cuando brote en ti ese espíritu de busqueda… Maiá’Kú, ….te sentirás mas que en el “fin del mundo” en el umbral de un mundo nuevo que te espera para confiarte sus secretos… Maiá-KúNoa con su nuevo muñequito, un gracioso elefante,… esperemos que este no lo olvidemos de nuevo en algún remoto rincón, pues con este, ya va el tercer peluche perdido en el camino con su consecuente disgusto. Noa disfruta llevando sus muñequitos, llevándolos de la mano, así que es fácil verla jugueteando y conversando con ellos en sus paseos, no obstante tenemos que estar pendientes de no dejárnoslo al marchar. Nos internamos entre los senderos, descubrimos arboles a los que querer y donde sentir su energía, el museo del Parque Natural de Tierra de Fuego nos dio los buenos días, escalamos montañas, lanzamos piedras al lago, observando cual de ellas rebotaba mas veces y mas lejos, corrimos por la orilla, el libro de Alejo nos reveló nombres desconocidos por nuestros oídos, un halcón se mostraba altivo en un poste, la bandera argentina ondeando al viento…
Y entonces cuando ya casi finalizaba el día, pensé en mi familia al otro lado del mundo, en mi madre, en mis hermanos, en mi padre especialmente con esa fina conexión que nos une, y pronuncie desde mis profundidades la palabra mágica “Maiá’Kú”, me sentí feliz, a su lado, trasladándole toda esa maravillosa energía de la que estaba rodeada, y por un momento volé hacia su vera en un gran abrazo.
– Hola papi, soy yo aquí estoy de nuevo, te quiero.- El atardecer daba paso a esa luz tan bella que nos regala el sol al despedirse.
Días con Alejo en Tierra de Fuego Cuando pise Tierra de Fuego nos vinieron a buscar Ivana y Alejo, un niño de mi edad. Cuando llegamos a su casa, nos presentaron a su perra “Ianka” la mar de graciosa. Jugué con Alejo a la Play Station, a unos muñecos y a más juegos, no parábamos, dormimos en la misma habitación y conversábamos antes de dormirnos mucho rato. Nos fuimos de paseo. Tanto Alejo como su mama Ivana son de lo más simpáticos. Hicimos varias excursiones, en una alquilamos un coche y fuimos a unas lagunas, queríamos cruzar un rio, pero no podíamos. Alejo y yo estábamos haciendo el tonto con unos troncos, y Alejo se callo al agua, eso que estaba a un grado bajo cero o algo así. Su mama le decía, ¡pero como puede ser! ¡Que boludez!, y esa expresión me daba la risa, le deje parte de la ropa que llevaba y nos quedamos los dos en calzoncillos. Secamos la ropa en la calefacción del coche y volvimos a casa. Pasamos unos días tremendos, yo pude ir a su colegio, a su clase todos los días, me lo pase pipa. Y cuando tuvimos que volver al aeropuerto, nos despedimos tomando un chocolate con leche en una cafetería. Alejo comenzó a decir que se quería ir con nosotros en la maleta o donde lo lleváramos pero por mala suerte no trajimos su pasaporte. Buscaremos la manera de volver a ver a mi amigo fueguino. Ishi
Maiá’Kú a vosotros también desde Sant Feliu. Me he emocionado. Sentí lo mismo cuando estuve en Tierra de Fuego, algo muy especial, y ahora me invade ternura, os tengo presentes y os envío un gran abrazo. Maiá-Kú a Chità, Rusia, también desde Sant Feliu, i a todos aquellos a quienes la vida no nos da más para ver pero que sentimos en lo hondo de nuestro corazón. Anina
Que así sea. Un abrazo de oso de los niños. Un beso enorme Anina. 🙂
Fantástica entrada familia, que grandes recuerdos nos traeis, nos fascinó Tierra del Fuego y Ushuaia, nosotros también nos alojamos en una casa particular, convivimos con ellos durante 5 días y fue genial, que emoción nos trae recordarlos. Ademas creo que mas o menos era la misma fecha, nosotros estuvimos en mayo del 2003.
Realizamos casi las mismas excursiones que vosotros, la del faro del fin del mundo y la navegación por el Canal de Beagle nos gustó mucho, así como el pequeño trek que realizamos en el P.N.Tierra del Fuego.
Grandes asados y buen mate, que por cierto en nuestro viaje por Argentina me gustó, pero al regresar a España ya no tenía el mismo sabor, aún no se porque será.
Saludos y os seguimos!!
Que alegría haber conocido Ushuaia y su gente. Finalmente conseguí no quemarme la lengua y disfrutarlo. 🙂 Mate entre amigos.
Que bella experiencia, como lo relatas, dan muchas ganas de ir para allá. Desde Perú estamos mas cerca quizás en el futuro abra oportunidad.
Suerte con el recorrido!!
Deborah y Monique
Hola Deborah
Mil gracias, ¿Que tal Monique?, seguro sonriente como siempre.
Tierra de fuego nos fascinó, así que os recomendamos ir en cuanto tengáis la oportunidad. 🙂
Un gran abrazo
soy catalina la chica que trabajaba en lo de Ivana,la verdad que fue un placer poder conocerlos y me quedo con un grato recuerdo de ustedes ,besos de AGUSTINA Y MIOS
Hola Catalina,
Nos cuidaste de maravilla y también fue un placer conoceros. Esperamos que Agus este más tranquila, es una niña hermosa.
Un gran abrazo
Noa, Ishi, Diana & Ángel