La magia os abrirá las puertas siempre y cuando estéis preparados a tomar su manilla y empujarla. El mundo lo puedes ver desde muchas perspectivas, y las visiones con las que te encuentras pueden hacerte descubrir el más deslumbrante paisaje, como un encuentro con la estepa mas dura, seca y quebrada. Pero a los ojos de cada uno de nosotros, la más quebrada puede ser la más bella y la más deslumbrante la que te traiga los peores recuerdos y viceversa. Con lo cual, cada persona sintoniza con algo en particular desde su esencia. Y por ello es importante que al despertar tengas ganas de saborear el nuevo recorrido, con ganas, con ilusión, con alegría, que es la mejor manera de poder sacarle belleza al más oscuro paisaje.
De nuevo estábamos ante la disputa de si realizar la Ruta del Sol con un servicio de transporte turístico Cusco-Puno. Y como ya sabéis, como familia entramos un poco “en pánico” cada vez que perdemos nuestra libertad y decidimos tramitar el itinerario en una de esas oficinas que te ofrecen el recorrido con servicio de guía y con paradas diversas en el camino. Finalmente decidimos abrir la puerta con alegría y el recorrido resulto ser del todo placentero a pesar de que todo era al “corre, corre, que te pillo”.
A la Ruta del Sol se la conoce como una de las Rutas Mágicas del Perú. Ángel y yo nos tronchábamos cada vez que el autobús se paraba, el guía nos ubicaba respecto al horario a seguir, y desde el primer paso que dabas fuera del autobús, la visita turística iniciaba en sus explicaciones, los minutillos que te dejaban en libertad para recorrer el área y regresar al autobús transcurrían en un instante, “bajó, pisó y desapareció´”.
De esta forma descubrimos Andahuaylillas, un pueblo pequeño donde su iglesia guardaba una historia particular, nos encantaron sus suelos empedrados con formas circulares, nos mostraron los vestigios incas y al salir podías optar por la puerta del infierno o por la que te llevaba directamente al cielo. Por supuesto, por si las moscas, todo el grupo salió por aquella en la que los dibujos pintados sobre las paredes
eran más lindos y divinos. ¿Seria la puerta del cielo o la del infierno?. Continuamos visitando Raqchi un sitio arqueológico incaico y el «Templo de Wiracocha», ubicado en el distrito de San Pedro, provincia de Canchis, en la región Cuzco, en Perú.
Volvimos a reafirmar el gran conocimiento y relación de estas culturas con la astronomía. Su gente actualmente vive del turismo que visita la zona, puedes ver un sinfín de artesanías, las personas vestidas en sus llamativos trajes tradicionales, un anciano cargando fardos de flores silvestres, una hoz en la mano, unos ojos que parecían traspasar a través tuyo, sin entender donde el tiempo se había parado. Hombres y mujeres ligados a la tierra, al campo, al ganado. Mujeres hilando lana, una lana de ovejas recién trasquiladas, madres amamantando a sus bebes, donde la lactancia materna es un arte, pasado de madres a hijas. Unos ojos llenos de vida, de entendimiento, en esa sabiduría que te da el pasar de los años, la calidez de la gente, el saber esperar un nuevo día sin hacer nada mas que aguardar a que descienda de nuevo el sol. Esos ojos divertidos, lejos, muy lejos de nuestras preocupaciones, de las prisas, del estrés que conlleva el haber nacido en ciudades donde lo que se prioriza es el tener versus del ser.
La tercera parada fue gastronómica, nos esperaba un almuerzo buffet, a base de platillos y más platillos preparados por una mujer que finalmente nos compartió sus sabrosas recetas. La sociedad precolombina llamada “Tahuantinsuyo” supo dominar el medioambiente para el manejo inteligente de los recursos naturales y de esta forma tierras áridas se convirtieron en extensas áreas de producción agrícola intensiva. De los principales alimentos que se cultivaron hay que destacar la quinua, la quiwicha (achita o amaranto), el tarwi, y las papas para obtener el chuño. La quinua, un tipo de cereal, fue el principal cultivo de los Andes y el principal alimento de los Incas por considerarlo sagrado. La quiwicha, del quechua huahutli o amaranto, supone un aporte perfecto y balanceado de aminoácidos, lo cual es ideal para la alimentación humana. Las semillas son negras y relucientes. La harina es utilizada en la elaboración de tamales, tortilla, panes y ricos postres. Tanto para los incas como para los aztecas era considerada una planta sagrada.
El propio emperador todos los años relucía una azada de oro para plantar las primeras semillas. El tarwi es una leguminosa, alimento lleno de proteínas, grasas, hierro, calcio y fósforo, ideal para niños y embarazadas y madres que dan de lactar. En las afueras del restaurante, las llamas pastaban tranquilas dejándose tocar. Con los estomagos llenos y contentos, llegamos a Abra la Raya, el punto mas alto del viaje,
a 4310 metros sobre el nivel del mar. Si se te ocurria echar una carrerita lo notabas en la falta de aire y en los latidos que te azuzaban en las sienes. Los puestecitos seguian vistosos, el viento era gelido, un bebe sentado sobre la mercancia lloraba reclamando brazos, varios niños lucian a sus llamas esperando recibir unas monedas a cambio de unas fotos. Indiscutiblemente cambiamos su forma de vida, unos por darles la moneda, otros por fotografiarles, otros por no darles nada. Los niños dejan sus juegos para aportar dinero al nucleo familiar. Quizas se podría encontrar otro sistema, donde el niño pueda seguir siendo niño todo el tiempo que sea necesario. Y finalmente llegamos Pukara ubicado a 106 km de la ciudad de Puno nuestro destino final a orillas del lago Titicaca, en la Meseta del Collao. Visitamos el Museo de Pukara, pueblo de ceramistas cuyo origen se remonta a 1600 años a.c.
– Aita, mami has visto cuantos toros hay encima de las casas.- Preguntaba Ishi observando.
– Es verdad hay muchos toritos en los tejados de las casas, ¿Qué sera?.- Conteste intrigada.
– Es para aportar suerte y felicidad al hogar.- Nos explico Angel que ya conocia la tradicion de la zona.
El “torito” apareció en Pukara durante la época colonial, legado español y a partir de una estratégica concepción intelectual de la cultura mágico-religiosa mantenida hoy por los campesinos. De esta forma, en las ceremonias de marcación del ganado, utilizan al torito como símbolo de procreación de los rebaños, para augurar la felicidad en los matrimonios, atraer la fertilidad a los hogares y el buen cuidado de los mismos. Asi que terminamos comprando un pequeño torito que viaja en uno de los bolsillos de mi bolso junto con un buho que me regalo el bueno de Olimpo en nuestro paso por Colombia. Suponemos que toro y buho mantienen tremendas conversaciones familiares y a estas alturas deben ser ya muy buenos amigos.
Navegando por el lago Titicaca
El lago Titicaca es uno de los lugares más hermosos de America, donde el misterio siempre esta presente, sus aguas permanecen placidas, sin apenas movimiento, compartiendo el lugar con una población mayoritariamente indígena, quienes conservan las tradiciones del imperio inca. Es impresionante comprobar como el pasado y el presente conviven en un fragil equilibrio, donde los misterios provenientes de la cultura incaica siguen transmitiéndose a traves del viento y las aguas de su lago.
Este lago navegable esta ubicado en una zona compartida por Perú y Bolivia. Se distingue por las grandes dimensiones que posee: una extensa superficie aproximada de 8,490 km2 y una profundidad de 280 metros. Las fabulas, los mitos, los cuentos de hadas, las leyendas nos despiertan los sentidos. Al llegar a los lugares, te das cuenta de que a pesar de que la tradicion oral se esta perdiendo, todavia podemos rescatar mucho del pasado en esas historias explicadas de generacion en generacion. De esta forma, encontramos explicaciones a un sinfín de historias, ligadas a sus valores, sus costumbres, su singular manera de pensar, expresada en palabras, cantos, sonidos que nos hacen vibrar al ser escuchados. Me gustaria compartir con vosotros una hermosa leyenda que encontre buscando mas sobre el lago Titicaca.
Leyenda del Valle de Wiñay Marka, conocido hoy como Lago Titicaca Por las orillas del Lago Titicaca, existe una leyenda que dice que la creación del mundo duró muchos siglos y, durante este tiempo, Apu Qullana Awki creó el Universo: la tierra, el cielo, los mares, ríos, lagos, animales, las plantas, la gente, las estrellas, etc. Cuando terminó de crear el mundo Qullana Awki se fue a vivir a una de las montañas más grandes del altiplano, que se ubica cerca del lago; pero dejó un mandamiento para la gente. En aquellos tiempos, todo lo que hoy ocupa el lago Titicaca era un paraíso llamado Wiñay Marka “Ciudad Eterna”, donde no había odio, envidia, ni riñas entre los hombres. Era un valle hermoso. Lo único que tenía que cumplir la gente era el mandamiento del Apu, que era no subir ni escalar la montaña sagrada, donde moraba el Apu, y que se identificaba por las llamas quo ardían en la cima de aquella montaña. Sin embargo, un día la gente, instados por el Awqa “ser maléfico” escalaron la montaña que protegía a todo el Valle Sagrado. El Awqa hizo creer a la gente que, llegando a la cima de aquella montaña, iban a convertirse en seres superiores, tan igual y aún más que el Apu Oullana Awki. Entonces por esta desobediencia Apu hizo salir de las cuevas muchos pumas que devoraron a la gente. Todo fue una carnicería que hizo correr lagunas de sangre. Ante esta situación, el padre Sol lloró inconsolablemente durante cuarenta días y cuarenta noches; las lágrimas del Sol habían formado una inmensa laguna, que ahogó a todos los pumas que han matado a la gente. De esta destrucción se salvó poca gente, que dijeron: “Qaqa titinakawa”, son pumas grises. Así nació el lago y su nombre. Tradición oral recogida en la isla Jisk’ata, Puno. Por Victor Ochoa VillanuevaIslas formadas a base de totora
En Puno zarpamos a bordo de una pequeña embarcacion para navegar sobre el lago Titicaca, considerado el lago navegable mas alto del mundo. Al adentrarte en sus aguas puedes observar una humilde planta que crece en gran parte del lago, «la totora”, gracias a la cual antiguas civilizaciones prehispánicas realizaron proezas al fabricar embarcaciones atravesando los mares, construir viviendas en forma de islas flotantes en medio de la nada, donde los caballitos de totora les proveen de sustento.
El paisaje sobre el lago Titicaca es de un azul intenso, van cruzandose pequeñas embarcaciones donde los pescadores realizan su labor diaria. Las cañas de totora sirven de refugio para ciertas especies de aves y a su vez son muy valoradas por los Uros, descendientes de una de las culturas mas antiguas de america. Las cañas constituyen su fuente básica de alimentación, y a su vez como sistema de mantenimiento que tienen para perennizar la existencia de su hábitat artificial.
Al desembarcar en una de sus isla, las mujeres de la comunidad nos dieron una cálida bienvenida, con sus vestimentas típicas y canticos en su lengua aymará. Extraordinario, insolito e impresionante son los adjetivos que definirian a su gente, a su cultura, a su manera de vivir, de construir sus casas y al empeño que han puesto por no perder sus raices. Alguna de las islas flotantes sirven para mostrar a los visitantes, como viven y al mismo tiempo en ese intercambio de vivencias se contribuye en parte a su modo actual de subsistencia.
Las fotos hablan por si mismas y os pueden trasladar junto a ellos, la experiencia aporta el olor a caña humeda, el sentir como tus pasos parecen flotar sobre una esterilla natural, probar el sabor de la totora, conocer el interior de sus casas, su artesania, el poder remar junto a ellos en una de sus embarcaciones, jugar con sus niños, el conversar con las mujeres y hombres sobre sus costumbres, las cuales,
tambien nos confiesas, con los cambios se van perdiendo, sobretodo cuando los hijos al crecer van a estudiar tierras adentro relacionandose con las sociedades cercanas pero tan diferentes. En fin, una delicia que como familia disfrutamos y aconsejamos de poder visitar al menos una vez en la vida.
La isla de Taquile, donde las mujeres hilan y los hombres tejen la lana
Al visitar Puno, si no estás ya acostumbrado a zonas de altura, seguramente percibirás la falta de oxígeno, o bien te sentirás mal, pudiendo llegar a tener soroche, lo que comúnmente se le conoce como el “mal de altura”, razón por lo cual es recomendable la adquisición de caramelos de coca, o infusiones de coca, otra opción seria mascar coca, a pesar de que sabe a rayos, ya os lo adelanto. Desde Quito, nos habíamos ido acostumbrando a la altura, así que en nuestro caso no hubo inconvenientes. No obstante nos hizo gracia ver que en el hotel donde nos alojamos esos días ofrecían, además de hojas de coca y sus caramelos, la posibilidad de inhalar O2 en caso necesario: “Informamos que tenemos a su disposición botellas de oxigeno”.
Tras nuestra visita con los Uros decidimos seguir ruta hacia la isla de Taquile, “intika” en Quechua. Esta situada a 45 km de la capital. La villa se encuentra a 3950 msnm y su punto más alto a unos 4050 msnm. En ese punto si que nos costó subir, caray como tiraban, hasta los mas ancianos cargados con sacos de leña, y nosotros resoplando a cada paso faltándonos el aire. Sus habitantes hablan en quechua. De nuevo nos encontrábamos ante una cultura, del todo desconocida para nosotros, descendientes del imperio incaico. Sus vestimentas sorprenden y les distinguen, incluso informan sobre su estado civil. El chullo, gorro que llevan los hombres sobre la cabeza, nos mostrará según su colorido si están casados o solteros. Curiosamente son los varones que tejen la lana aprendiendo desde niños, mientras las mujeres enseñan a las niñas a hilvanarla. Toda una experiencia.
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