Salt Lake City, también conocida en castellano como Ciudad del Lago Salado, es la capital y mayor ciudad del estado de Utah, en los Estados Unidos. Probablemente os será conocida, pues en el invierno de 2002, Salt Lake City fue la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos de Invierno además de ser el centro neurálgico de la comunidad mormona.
Las fotos se van almacenando en cada una de las carpetas que creamos, cada cual con la etiqueta del lugar correspondiente. La selección de fotos es impresionante. Ángel es un amante de la fotografía. Muchas veces me doy cuenta como se expresa a través del objetivo de su cámara. Las imágenes te sitúan fácilmente y te llevan de nuevo al momento vivido. Un escalofrió recorre tu piel, te percatas de como los días se suceden casi sin darte cuenta.
La realidad es que el movimiento que llevamos, en cuanto a lugares visitados, es escalofriante. Me fascina ver la capacidad de adaptación que tienen los niños. Cuando preparamos el viaje, una de las cuestiones que nos preocupaban era precisamente si con tanto traqueteo, novedades, lugares y personas diferentes con quien convivir, los niños serían capaces de asimilar cada una de las experiencias. O si por el contrario añorarían sus raíces, su familia, sus amigos, su hogar y su entorno conocido. Esa estabilidad de la que tanto se habla como necesaria para un buen desarrollo durante la infancia.
Me considero un tanto rebelde hacia la idea general de estabilidad, la que va ligada a un mismo lugar, sin pocas posibilidades de cambio en cuanto a referentes, puesto que al fin y al cabo, como definiríamos estabilidad?. Me alegra ver que no solo han aceptado la nueva situación sino que se ambientan y aclimatan perfectamente en sintonía con las familias con las que vivimos, y tiendo a creer que la unión familiar es lo que les proporciona ese equilibrio necesario para poder vivir esta experiencia, disfrutar y crecer con ella.
Marz y Jefy de 6 y 8 años, estaban impacientes esperando nuestra llegada. Jefry y Lynda, sus padres, intentaban tranquilizarlos. Llegamos a Salt Lake City en un coche alquilado. El sonido del motor hizo dar saltos de alegría a los niños.
Por otro lado, Ishi y Noa también estaban impacientes por conocerles, nos inundan con cientos de preguntas cada vez que hay un cambio, e intentamos responder a cada una de ellas:
– Y tienen niños, papis, esta familia? Cuantos años tienen?
– Y el papa tiene bigote? Tienen perros?, me gusta cuando tienen un perro, dice Noa.
– No, yo prefiero que no tengan perros, dice Ishi.
– Y dormiremos con vosotros, verdad? Y de qué color es la casita?
– y……..
Jefry nos esperaba con la puerta entreabierta. Marz y Jefy asomaban por detrás de las piernas de su padre.
– Bienvenidos familia, debéis estar cansados de todo el viaje.
Detrás de ellos conocimos a Lynda, la mama, con quien nos habíamos intercambiado un sinfín de emails y quien se ha involucrado en el proyecto educativo intercultural de forma asombrosa.
Era casi la hora de irse a dormir, Lynda nos explicó que su familia siempre canta una canción a modo de ritual. Los niños en su regazo, cantan, se abrazan y besan a los niños despidiéndose y deseándoles buenas noches, antes de acostarse. Nos incorporamos al grupo y escuchamos aprendiendo la canción de melodía conocida.
I love you, you love me.
We are all happy family.
With a great big hug and a kiss from me to you.
Won´t you say you love me too.
I love you, you love me.
We are big friends like friend should be.
With a great big hug and a kiss from me to you.
Won´t you say you love me too.
Tras ello los cuatro se fueron a dormir compartiendo habitación. Los adultos nos quedamos conversando en la terraza. Parecía todo en silencio, cosa que me impacto, puesto que normalmente Ishi y Noa prefieren dormir con nosotros. Al rato, se escuchaba bullicio en sus habitaciones y vimos la fiesta que llevaban. Imposible de hacerles dormir, disfrutaban de una guerra de almohadas y muñecos.
Heritage Village. Un parque del que aprender
Recorrimos el parque en su totalidad, adentrándonos en la colonización del oeste americano. Visitamos los edificios históricos, todo basado en la historia vivida tiempo atrás, situándonos en su cultura a través de un amplio abanico de actividades:
Un paseo en tren de época, un corral de mascotas, paseo a caballo, pisar casas históricas pudiendo relacionarse con los habitantes del momento y conversando con ellos, trasladándonos al pasado. Un pueblo nativo, cabañas indias, un barco al lado de un rio en el que perderte y disfrutar enfrebrados buscando oro entre sus aguas, al igual que los antiguos colonizadores.
Un herrero explicó a los niños como tiempo atrás, los padres podían decidir el destino de sus hijos dejándoles como aprendices, comprometiéndose a darles alimentos y educación. Cuando vieron la cantidad de horas que tenían que pasar entre ir a la escuela y aprendiendo el oficio de herreros, Ishi, Marz, Jefy y Noa decidieron que no era tan interesante como parecía al observar la belleza del hierro al rojo vivo y el repiquetear del martillo dándole forma.
Clark Planetarium. Descubriendo el mundo, las constelaciones y sus alrededores
El nombre de Marz, un niño rubio, inquieto y muy vivo, del que Noa no se separaba, va ligado al planeta Marte. Marte dio nombre al cuarto planeta del sistema solar, al segundo o tercer día de la semana según que calendarios y al tercer mes del año.
Las puertas del planetarium se abrieron y empezó el espectáculo, pudiéndonos mostrar experiencias esclarecedoras sobre el espacio y la ciencia. Es un lugar como muchos otros planetariums, que enriquecen aportando programas que resultan atractivos para todas las edades y que motivan a conocer más sobre este impresionante mundo que nos rodea. Cada año más de 100.000 niños de las escuelas de Utah reciben explicaciones de astronomía, y actividades relacionadas con la investigación espacial a través de la mano del Clark Planetarium.
Silver Lake. Una tarde de pesca
No sé cómo surgió la idea de pasar la tarde a Silver Lake, pero en cualquier caso fue del todo acertada.
Lynda y Jefry iban dando las instrucciones:
– Mejor pantalón largo, hará frio al caer el sol.
– Donde están mis pantalones mami?, y mis zapatos?
– Habéis cogido lo necesario para el picnic?, no olvidéis las cañas de pescar…
La actividad de las dos familias era un tanto bulliciosa antes de cada salida. Al menos en nuestro caso siempre al salir de casa, nos damos cuenta que tenemos que volver a entrar en busca de algo olvidado.
Finalmente estábamos en Silver Lake, un hermoso lago en Brighton Ski Resort, en la parte superior del Big Cottonwood Canyon. Caminando por la pasarela de madera que bordea y se adentra en sus aguas, buscando el sitio ideal donde pescar y cenar alrededor del fuego. Todos íbamos cargados, un carrito para tirar de los diferentes artilugios, los niños con su andar peculiar, entretenidos mirando un reno que mordía los brotes tiernos de unas ramas, cuya cara y ojos nos miraban de manera divertida.
– Chaff, splash un sonido nos hizo mirar hacia atrás….. Daddy, ahhhhhh!
Marz estaba empapado de pies a cabeza, mirando cabizbajo, sus ropas goteando, en su despiste se había salido de la pasarela cayendo directamente al agua. Jefry le pescó cogiéndole de la capucha. En fin, menos mal que como padres previsores habían cogido ropa de repuesto.
Disfrutamos de la tarde de pesca. Finalmente no pudimos hacer el fuego, pues estaba prohibido en esa parte del lago. La tarde se convirtió en noche y la luz desapareció mostrándonos un precioso cielo estrellado.
Mill Creek Primary School:
Como he comentado con anterioridad, Lynda comprendió desde el primer momento la esencia del proyecto educativo intercultural. La importancia de que los niños observen, conozcan y tengan la posibilidad de palpar de forma más cercana el mundo que nos rodea. Hemos convivido y compartido muchas horas, es una mujer que inspira y desprende pasión en todo aquello en lo que cree.
Coincide con nosotros en que sería fabuloso hacer llegar la experiencia que están viviendo Ishi y Noa a niños de otros lugares y regiones. Involucrando a los colegios de los diferentes continentes se hace posible la trasmisión de la cultura alrededor del mundo, y que más enriquecedor para un niño, que el poder observar como otros niños de su edad crecen y aprenden en una educación llena de valores que quizás coincidan con los nuestros o bien nos resulten extraños, pero al fin y al cabo son los que les forjan como personas.
Mill Creek Primary School es el colegio al que asisten Marz y Jefy. Nos maravilló su diversidad de clase. Dentro de su curriculum integran un programa de enseñanza para niños con déficits sensoriales: auditivos y visuales, con profesorado preparado para su educación y posterior adaptación a las clases con el resto de alumnos sin deficiencias sensoriales. Al entrar en una de sus clases Ishi se quedó asombrado pues había un perro guía, era de la profesora pues era ciega y el perro le guiaba en la enseñanza del aula.
La verdad es que por motivos climatológicos desistimos de ir a Alaska y de esta forma adelantamos la visita concertada al Mill Creek Primary School, con lo cual tenían poco tiempo para prepararnos la sorpresa que tenían pensada.
Llevaban apenas semana y media desde el inicio de su curso escolar. Sabían de nuestro proyecto a través de Lynda y habíamos quedado para explicarles directamente su funcionamiento. Este colegio está realizando un esfuerzo sorprendente, está iniciando este año un sistema de inmersión lingüística, mediante el cual los niños se sumergen en dos lenguas al 50%. Tenéis que pensar que las clases en las que se realiza este nuevo programa inglés-español, solo un 1 o 2% de los alumnos son hispanoparlantes. La dirección y el profesorado están muy interesados e ilusionados con la idea de poder compartir cultura y tener la oportunidad de intercambiar actividades con colegios en los que hablen una de las lenguas de inmersión como lengua materna, en las que se están familiarizando.
Pasamos todo el día en el Mill Creek. La directora, Alison Banks, nos mostró las instalaciones, su funcionamiento, y participamos en las actividades que crearon al saber de nuestra visita. Las profesoras que están a cargo del programa de inmersión hicieron un trabajo fantástico, ahí estaban los niños de las clases de primero y segundo cantando y bailando en los dos idiomas, siguiendo las instrucciones que daban la profesora de habla inglesa y la de habla española, increíble con tan poco tiempo desde el inicio escolar, envidiable el ver como esos críos iban a crecer siendo bilingües. Ya me gustaría un sistema similar en la enseñanza española!!!.
Invitaron a Ishi y a Noa a participar con ellos en un gran círculo donde ambas lenguas formaban parte. En esos momentos siempre se muestran un tanto tímidos, no obstante salen al ruedo sin insistirles, formando parte del grupo y finalmente pierden sus miedos.
Nos invitaron a comer con ellos, disfrutamos en sus juegos, y finalmente asintieron en hacerse participe en el proyecto educativo intercultural.
Destaco la calidez con que fuimos recibidos, el esfuerzo que realizaron y aprovecho la ocasión para daros mil gracias por enseñarnos un colegio tan especial, un gran abrazo de esta loca familia alrededor del mundo… seguimos en contacto!!!.
Potluck Dinner: Compartiendo experiencias, compartiendo sabores
Nos invitaron a compartir un “Potluck Dinner”, en el cual, cada asistente trae preparado un manjar a compartir. Con cada aportación, la mesa va tomando forma con variedad de gustos, sabores y olores. Para quien no esté familiarizado con el término ahí tenéis una ayuda.
http://es.wikipedia.org/wiki/Potluck
Si tuviese que elegir una de las cualidades fundamentales de nuestra experiencia, sería lo maravilloso de las relaciones humanas que vamos estableciendo durante el camino.
Siempre me ha fascinado el hombre como ser social, las diferentes formas en las que establecemos una relación, las conexiones que sin necesidad de palabras podemos palpar, el ambiente que se crea puede embelesar como un astro en movimiento, asombrar como un volcán en erupción, hipnotizar al igual que un mago al movimiento de sus manos o simplemente cautivarte y conquistarte con el simple hecho de estar presente.
En el Potluck dinner conocimos algunos de los amigos de Jefry y Lynda, así como a un sinfín de niños con los que nuestros hijos pudieron jugar. Ishi participo realizando un pastel, guiado por Jefry, que espero que recuerde repetir a nuestro regreso, pues quedo delicioso. Hicieron un fuego alrededor del cual transcurrían las conversaciones. Yo no sé qué magia tiene el fuego, pero de lo que sí que estoy segura es de que su cercanía influye en cómo transcurre la velada. Tiendo a creer que como uno de los cinco elementos, tiene un poder especial en toda relación.
La familia de Lynda y Jefry nos conquistó con su calidez. Tiene una manera muy particular de hacerte sentir parte de ellos. Desprenden una pasión infinita, ligada siempre a un cierto desorden del que rápidamente te acostumbras. Sus rutinas son cambiantes, en una burbuja de locura de la que sin darte cuenta formas parte de ella. Que sería de la vida sin esas locas eclosiones.
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