El final de un ciclo

Casi un año más tarde

Quizás tendréis curiosidad por saber que sucedió con esa familia a su regreso a Barcelona. Solo fijándose únicamente en el tiempo sin haber publicado la entrada de Nueva Zelanda, nuestra última parada en el camino antes de pisar tierras mediterráneas, os daréis cuenta de la infinidad de sucesos que consiguieron dejarnos sin palabras.

Nunca hubiese pensado que el regreso resultaría tan impresionantemente intrincado. Por un lado el mundo se para a tus pies, regresas al mismo punto de partida donde parece que nada se haya transformado pero por otro lado, nada se asemeja a lo que ya conocías. Como os explicaría, intentar calzaros en nuestros zapatos, cuesta descender de cada una de las vivencias, de ese movimiento asimétrico, constante, emanando, fluyendo en un ir y venir hacia nuevas culturas, hacia lo desconocido, en un conocimiento versátil de las tremendas personalidades que comparten el día a día contigo. Las maletas en ese eterno rodar, que hasta su sonido era compartido como parte del equilibrio en el caminar de forma constante, en ese compartir en familia, en esa unidad tan vivida, los cuatro juntos y cada uno por separado.

Angel & Diana mirando el mar en Nueva Zelanda        La familia al completo

Emitiendo cuatro luces, cuatro colores pero pudiendo al mismo tiempo brillar todos a la vez. No ha sido sencillo encontrar los cuatro puntos cardinales que mantenían a la familia en armonía, de hecho no siempre se lograba. Y ha sido, al mismo tiempo, maravilloso poder conocernos de esta manera tan especial e intensa. Sabiendo, si no bien como al principio, que era una mera creencia y muchas ganas de llevarlo a cabo, sino teniendo la seguridad, de que el amor hace posible seguir cualquiera de los sueños. De que si anhelas algo con fuerza, no queda evaporado a una mera fantasía, sino que luchando por tus ideales y con paciencia vas haciendo camino y la realidad mejora cualquier expectativa esperada.

Marchamos, pero no puedes retroceder en el tiempo, y los momentos transforman a cada uno en un ser diferente del que eras cuando partiste. Te reconoces, te ríes de ti mismo, lloras, te emocionas, todo te deslumbra, compartes vivencias, te desahogas, te pierdes en lo más profundo de tu ser, te sientes comprendido por unos, incomprendido por otros, un extranjero en su propio reino. Te alegras de estar vivo, de sentir este conmovedor mundo, desesperas en la espera al no entender nada, intentando buscar rutinas sin saber dónde hallarlas, ni si realmente las quieres.  Me desconozco.

Disfrutamos, por fin, al descender del continuo movimiento, nos apoyamos en los amigos y en la familia que disfrutan las vivencias y nos apoyan en nuestros desconciertos, en los cambios acontecidos, en las dificultades de una realidad laboral deprimente. Pero al mismo tiempo, seguimos con esa energía que nos dice que cualquier cosa es posible llevarla adelante y por supuesto un viaje así, si algo te abre es a la vida, a luchar ante cualquier situación. Te aporta una visión diferente con esas gafas de ver mágicas que te dan una luz especial y una solución a cada dificultad que encuentras en el camino.

Como siempre, los niños son los primeros en adaptarse pues ellos viven en el presente, de nuevo en su hogar, reconociendo su calidez en ese olor familiar con que goza cada lugar. Deleitándose de nuevo de sus amigos, de su colegio, su familia, con un sinfín de ganas de poder abrazarlos de nuevo y reírse junto a ellos. Y nosotros los adultos, siempre complicándolo todo, siendo un poco más lentos.

–          Mami, yo no quiero ser el niño que ha dado la vuelta al mundo, yo quiero ser un niño normal.- A Ishi se le cerraban los ojos, estaba medio dormido explicándome las batallitas de su escuela.

–          Aita, estoy tan contenta de estar en mi camita de nuevo.- Noa le daba a su aita el último beso de día, el de las buenas noches tras un achuchón, su aita le arropaba.

–          Buenas noches cariños descansad que mañana hay cole.

Charlas a los medios, talleres en los colegios, vivencias compartidas, cenas entre velas, el disfrutar de la delicia de compartir los sabores entre amigos, en familia… Poco a poco íbamos descendiendo de nuestra nube. Si señores ha costado regresar de este impresionante y hermoso camino trazado. El destino nos ha vuelto a llevar de viaje, no hemos podido finalmente quedarnos en España. A Ángel le propusieron abrir un proyecto con Médicos Sin Fronteras en México y la familia ha decidido estar juntos y seguir camino, otra vez será… si el destino lo permite.

De lo terrenal a lo espiritual

Diana bajo el ArccoirisY mientras el devenir de la vida se llevó a una de las personas que más quiero. Mi padre decidió partir, tomar rumbo hacia un nuevo amanecer. Hace tan solo tres meses, Ángel ya en México, los niños y yo afortunadamente estábamos en España, el tiempo no perdona, los días van pasando fugaces, de nuevo encuentras la fortaleza en la familia y en los amigos.

Nos pudimos despedir, unidos, a veces en silencio, susurrando emociones, sentimientos, medias sonrisas, ternura, lagrimas velándole cada uno de los tres días que retraso su viaje hacia el mas allá.  En esa dificultad de dar un último adiós a una persona tan especial, tan vivida, tan dulce, tan querida.

–   Descansa papi, te siento cerca y te echamos muchísimo de menos al mismo tiempo, mil gracias por cada momento compartido, por ser como eres, por todo tu cariño, por ese amor incondicional, por mostrarnos el mundo, por abrirme los ojos, por abrazarme cuando más lo necesitaba, por educarme, por tus sabios consejos, por darnos la vida.

–   Un enorme y fascinante abrazo de oso allá donde estés.

–   Lo siento, perdona, gracias, te amo…Te quiero papá, hasta pronto.

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7 respuestas a El final de un ciclo

  1. Meritxell Arboix dijo:

    Com sempre un fascinant descripció de la realitat i sentiments!! M’encanta com ens transmets els vostres moments viscuts.
    Espero que esteu molt i molt bé, gaudint d’aquesta nova etapa.
    Us envio un petonarro gegant ( a la Noa una abraçada que deixen sense respiració i a l’Ishi una estarrufada de cabells!!! ) i molta energia positiva!!!

    Meri Arboix

    • Hola Meri
      Mil gracias por tus palabras, siempre es agradable saber que los sentimientos y parte de los momentos vividos quedan plasmados dejando vivir parte de lo acontecido trasladándoos mediante las fotos y las palabras.
      Nos acordamos mucho de vosotros, al principio Noa le costo mucho acostumbrarse al nuevo colegio. De hecho le hemos cambiado a otro colegio con pedagogía Montessori. Ahora tras estas tres semanas se le ve de nuevo muy contenta y ya ha cesado de decir que quería regresar a su clase del Matagalls, lo cual nos tenia un tanto preocupados. Ishi desde el inicio esta contento y haciendo un sinfín de amigos. No te digo que no echar de menos de vez en cuando a sus incondicionales. El catalán lo utilizamos casi a diario como nuestro lenguaje secreto en el que nadie te entiende 🙂
      Todos adaptándonos poco a poco a esta inmensa e intensa urbe.
      Un gran abrazo a las dos clases de los niños, a los amigos y a toda las personas que hacen posible ese día a día en el Matagalls. 🙂
      Diana, Ángel, Ishi & Noa

  2. Vis dijo:

    Hacia días q no lloraba tanto y q bueno es llorar a veces…
    Papá, siento tanto q te hayas ido, perdona no haber estado mas cerca a veces, t quiero muchísimo, t adoro, gracias por ser mi mentor y mi ejemplo.
    Mil besos

  3. Un abrazo enorme, la verdad que relatos como el vuestro, son los que a uno le conmueven de verdad, mucha suerte y fuerza en vuestros futuros proyectos.

    • Hola Javi,
      muchas gracias por tus amables palabras. Nos alegra saber que te han gustado nuestros relatos …ya que nuestro objetivo con ellos, no era otro que hacer disfrutar a la gente de nuestras vivencias…asi que si contigo lo hemos conseguido, pues objetivo logrado ;-).
      Un abrazo

  4. Pilar dijo:

    Un relato conmovedor lo voy a compartir en mis redes sociales.
    Un abrazo

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