Buenos Aires, entre tangos y asados

Estancados en Rio Gallegos

De El Calafate tomamos un autobús a Rio Gallegos, para empalmar con un vuelo que nos llevaría directos a Buenos Aires a una hora intempestiva, las 2:00am. A veces el tiempo de espera en los aeropuertos pasa veloz, normalmente te entretienes de formas dispares, tiendas de ropa, recreándote en las diferentes posibilidades de perfumarse, maquillarse o acicalarse con alguna de esas cremas tan pringosas de las que solemos disfrutar las mujeres, cafeterías en nuestras pequeñas o grandes conversaciones, librerías husmeando las posibilidades de algún gran best seller, jugando a cartas, la típica baraja española o las que están de moda en la jerga infantil: “pokemon”, “gormiti”, “animals”, “el Uno”…etc. También se puede proponer el particular “veo veo, que ves” con el que disfruta tanto Noa, estar en silencio observando las diferentes escenas…… y un sinfín de oportunidades diversas. Ahora bien, cuando te enfrentas a horas intempestivas, un aeropuerto liliputiense con apenas una cafetería que abría y cerraba según vuelos programados, las posibilidades quedan mucho mas limitadas. Finalmente, llegaron las tan esperadas 2:00 am, por supuesto Ishi y Noa estaban roques.

–          Por problemas climatológicos, el vuelo Rio Gallegos-Buenos Aires queda cancelado hasta las 6:30 am de mañana.- Ángel y yo intercambiamos miradas.

–          No puede ser, oh no, por favor, no he oído bien.-  Me estaba empezando a impacientar.

Pero si, era real, así que nos fuimos directos a un hotel donde, por cierto, nos cobraron dos noches habiendo estado siquiera un día, pero por hora correspondían dos noches. Hacia frio o bien todos estábamos medio destemplados, pero no, hacia un frio del carajo. Hacia las 4:30h del día siguiente, nos desplazamos de nuevo al aeropuerto, a las seis pasamos a la sala de embarque y a las 6:30 am….

–          Señores sintiendo mucho las inconveniencias, el vuelo Rio Gallegos-Buenos Aires queda cancelado por niebla, las condiciones climáticas no son las adecuadas, esperamos su comprensión.- No nos lo podíamos creer.

–          Quilombo, quilombo, quilombo, sigamos juntos compa, quilombo, quilombo, sigamos juntos compañeros, no nos pueden dejar así tirados.- El murmullo se convirtió en un escándalo, la gente estaba enfadada de verdad y con razón, parecía una broma de mal gusto.

La gente quería una respuesta concreta a la salida de nuestro vuelo, pues parecía que no habría salida hasta dos días mas tarde: “quilombo quilombo”, no nos podemos ir hasta asegurar que el vuelo sale cuando desaparezca la niebla, y de esta forma, entre este desbarajuste y un tanto cansados aprendimos el significado de la palabra “quilombo”. Los argentinos son demasiado…. la sangre latina fluye a mansalva.

“En Uruguay, Argentina, etc. significa prostíbulo y también lio, tal como se define más arriba. Pero esa denominación es prejuiciosa ya que quilombo se toma del portugués, que a su vez la tomó de lenguas africanas, y así se denominaban los lugares lejanos, de difícil acceso, donde se refugiaban los esclavos que huían de sus patrones. La organización de estas comunidades era en especies de repúblicas muy ordenadas y con un fuerte sentido de la libertad y de la disciplina. Probablemente los esclavistas usaron la palabra quilombo como sinónimo de desorden para desprestigiar a esas organizaciones.”

Con el tiempo, quilombo era la palabra para designar a un prostíbulo. Y finalmente ha ido derivando y se aplica a todo aquello que resulte un lio, un tremendo caos.

Ante una habitación desordenada «Qué quilombo que hay», ante una vida llena de problemas «Mi vida es un autentico quilombo», ante una persona que grita, con mal comportamiento «Usted está haciendo quilombo»…

Como todo en la vida, las situaciones mas comprometidas terminan dando lugar a otros acontecimientos, la presión no se puede mantener de forma constante, no solucionas nada y termina todo en incomprensión, así que los ánimos se relajaron consiguiendo un avión que salía a ultima hora de la tarde. Decidimos hacer tiempo en el aeropuerto, teníamos un día largo por delante. Por deciros algo, conocimos e intimamos con todos los pasajeros, Ishi hizo buenas migas con tres mochileros, quienes le enseñaron un nuevo juego de cartas, los dos hermanos jugaban a ir en patinete con el carrito de las maletas y Noa hizo un amigo de sesenta y pico años, según ella.

Couchsurfing de emergencia

Entre tanto, a cada cancelación llamábamos a Andrea poniéndole al corriente de la situación. Andrea, una enfermera oncológica, nos había dado el visto bueno a alojarnos en su casa los próximos tres días. Pues Romina y Tere la familia que nos esperaba en Buenos Aires no podía acogernos hasta el fin de semana.

Por fin en casa, Andrea nos abrió la puerta presentándonos al gracioso y enérgico Franco, de cuatro años. Nos relajamos compartiendo anécdotas, mientras Franco jugaba con Ishi y Noa en su mundo de superhéroes.

–          Yo soy Spiderman ¡Scrunch!.- Ángel recibió un mandoble en el estomago

–          Chico estas fuerte, que superhéroe, ven que te doy un volteo.- Ángel se recupero del golpe y todos reímos.

Era tarde y estábamos cansados, pero al mismo tiempo, la energía de Franco despertó las cabezas adormiladas de Ishi y Noa. El niño estaba entusiasmado con tener otros dos niños con quien compartir su habitación. Andrea nos sirvió un café y empezamos a dialogar. El mundo de la enfermería crea una sutil unión imposible de separar. Teníamos mucho a compartir, siempre encuentras un lenguaje común entre personas de una misma profesión.

Caminando por la Boca

Que bien, por fin en Buenos Aires, solo por su nombre ya te da ganas de conocer y adentrarte en esa manera tan particularmente suya. Por un lado, nos encontramos con una ciudad inmensa y cosmopolita, donde su gente te conquista en ese sabroso movimiento continuo, en esa energía tan dinámica, ese hablar e intentar atraer tu atención, donde cualquier tema se puede convertir en una batallada conversación, donde la calidez y espontaneidad están a la orden del día y donde nada surge como lo esperado, en cualquier momento, todo puede cambiar y la tortilla darse la vuelta.

Franco, Ishi y Noa estaban de lo más enérgicos, tras su primera noche juntos habían establecido un sistema de juegos, Noa se desvivía por los puzles, Ishi y Franco en sus batallas contra los ultrapoderosos superhéroes.

La Boca es uno de los Barrios de Buenos Aires, Capital Federal. Posiblemente el barrio con más color de toda la ciudad. Te tropiezas sin querer con el conocido Caminito en su colorido de variados tonos. Pero si preguntáis a su gente, descubriréis que todo tiene un sentido en ese pasar del tiempo. La Boca fue un barrio de inmigrantes a orillas del río Riachuelo. La vida de estas gentes no era muy fácil en aquella época, y al no tener suficiente dinero para comprar la pintura de sus casas, utilizaban los sobrantes de las pinturas con el que se pintaban los barcos. Puertas y ventanas con lilas o verdes, azules, paredes combinadas de amarillos, naranjas, rosados, pintadas con personajes dando mas vida al lugar. Por ello el barrio fue tomando ese multicolor característico que lo hace distinto, que lo hace vibrar en una sintonía diferente, así que las dificultades atrajeron el color, y la melancolía la disfrazaron de tango.

Si nos damos cuenta, los colores están bien relacionados con las emociones, yo diría que las despiertan, llenándonos de euforia o lamentos, vistiéndonos de negro, grises, rojizos, tonos pasteles o la belleza de los lilas. El color atrae la belleza o la hace palidecer casi sin percibirlo. Que bueno que esos inmigrantes supieron instintivamente de su fuerza y se recrearon en sus paredes pudiendo poner una nota diferente en la precariedad de sus vidas.

Pero la Boca es mucho mas que los colores del Caminito y el turista, la Boca es cultura, es vida bohemia, es trabajo duro, es salir adelante cuando otros se quedarían atrás, es Tango con ese movimiento que desprende pasión, romance, atracción. La Boca son las personas que la hacen suya, es orgullo del futbol porteño, es ese amor por Maradona, es su Bombonera con esos colores “Amarillo y azul”. Son aquellas casitas típicas con aire y construcción de barrio de puerto, son esos niños, colegiales que van adentrándose con su libreta en mano buscando raíces, saboreando de su cultura disfrazada entre el color.

–          Bueno amigos ahora si queréis podemos desplazarnos en metro, seguro tendréis una grata sorpresa.- Andrea nos miraba con picardía.

Y así nos adentramos en un metro antiquísimo, considerado patrimonio cultural, y nos sorprendimos en ese interior de madera, en esos vagones conservados desde 1915, los niños en primera posición delante de todo observando las vías, riendo, contándose historias, maravillándonos con su funcionamiento, con su estado, en esa visita al pasado en ese presente 2012. El atardecer nos iba ganando terreno, el final del día estaba por llegar, y en un último recorrido nos dejamos fascinar por el ambiente del mercadito callejero en el barrio de San Telmo. Y de nuevo, rodeados de gente, callejeamos mientras que la mirada se nos escapaba en las innumerables posibilidades de compras variopintas.

Parque del Centenario

Segundo día en el departamento, junto con Andrea y Franco, el cuarto de franco se ha transformado en un continuo ir y venir de juguetes, las tres camas una seriada de la otra, con sus fundas de dibujos infantiles. Risas, golpeteos, y de repente un silencio sospechoso. Observamos la lámpara de papel del techo con un trasquilón.

–          Hey chicos ¿Qué ha pasado?.- Andrea entró en el cuarto y conversaba con su hijo, los tres en silencio con cara circunspecta.

–          Yo no he sido, yo no he sido, yo no he sido.– Como en cualquier familia de vecino nadie había sido el culpable.

Salimos a la calle, con lo cual esa energía se fue calmando, gran griterío, fuimos en búsqueda de uno de los buses para llegar finalmente al Parque del Centenario. La verdad es que en Buenos Aires puedes disfrutar de una gran cantidad de parques por los que caminar y ver diferentes escenas de la vida cotidiana, del argentino en su estado de relax.

Y como siempre, los niños buscan otros niños con los que jugar, Ishi se integro a un partidito de futbol, Noa prefirió jugar a escalar entre la construcción de unos columpios, y Franco con sus súper héroes prefería engatusar a su mami para que le llevase al tiovivo.

Una música estruendosa se escuchaba desde lo lejos, la verdad sea dicha, no se si querían conquistar  a la gente, o generar tal cantidad de ruido para finalmente hacer el parque suyo. A veces hay que tragar de todo, y lo que algunos llaman música otros lo consideran un ruido infernal.

No recuerdo que día era, pero si que era festivo y en el parque había mucha vida, un gran ajetreo y una exposición de una feria artesanal de la que no se podía perder partido. Era del tipo de rastro con mercancías de segunda mano, todo tipo de bisutería de estilos dispares, ropa hippie con esos colores tan vivos y una serie de antigüedades de lo más curiosas.

Romina, Tere, Mathias y Santiago

Hablar de nuestros días en Buenos Aires es imposible sin antes hablar sobre una familia que nos conquistó en un abrir y cerrar de ojos, dos mujeres generosas, vitales, amantes de la vida, verdaderas, comprometidas, desvividas por sus dos hijos a los cuales inundan de un amor incondicional, cada uno de ellos sin saberlo nos entregó un trocito de su corazón.

“La escuela es uno de los ámbitos privilegiados para promover a la diversidad como un valor y el respeto a las diferencias entendiéndola como una fuente de riqueza y de crecimiento.

La diversidad sexual, genérica, étnica, religiosa, política, cultural y social siempre estará presente en la vida de los niños y niñas.

Aprender a respetarla y valorarla es una de las grandes enseñanzas que la escuela puede darles”

Familias comaternales; Lesmadres

Nos adentramos en un mundo especial, donde “especial” como bien dice Mathi no significa nada malo, sino todo lo contrario, donde “especial” es entrar en un mundo mágico donde el amor incondicional es el valor más absoluto.

–          Soy un hijo de dos mamas, ¡que todo el mundo lo sepa! Tengo dos mamas.– Mathi de 10 años lo ha tenido claro desde siempre y desde los cinco años se expresaba tal cual. Lo que realmente importa es ese sentirse amado.

Y que familia, que alegría verlos como fluyen en sus días buenos y malos, en sus discusiones y sus alegrías, en sus ganas de abrirse paso en este mundo donde la incomprensión a veces hace daño, pero donde cuando ves realmente el camino encuentras una felicidad siempre presente. Mathias es un amor, de presencia seria, con un gran fondo, de mirada tímida, un hombre en un cuerpo de niño, sereno, con esa mirada que parece verlo todo.

Y Santi, el pequeñajo de la familia, te conquista sin apenas abrir la boca, tiene un don especial, donde el humor parece fluir con sus movimientos y en sus palabras.

–          Tede, Tede, Tede, escucha, que te voy a comer, espera, que te como otra vez.– Siempre en busca de ser escuchado en esa original forma de hablar arrastrando la d.

–          No, a quien si que me voy a comer va a ser a vos, no me provoqués, no me retés, que me enciendo y voy a por este pequeñajo entrometido……- Ya la tenían liada, en cuanto llegaba Tere, Santiago ya no tenia suficiente con su querida Romi, tenia que conquistar también a Tere.

Rencuentro con la profesión

Amo mi profesión, la enfermería es un mundo apasionante del que nunca te puedes llegar a cansar, me encanta estar rodeada de niños, me fascina todo lo que conlleva su despertar, su crecimiento, ese vinculo tan especial junto a sus padres, darles seguridad y cariño cuando están enfermos y aportarles lo necesario para su crecimiento en esa constante lucha hacia el mundo de los adultos. Por ello, me fuí decantando por la enfermería pediátrica, la cual ha formado parte de mi vida desde que empecé a trabajar, tanto en el ámbito hospitalario como en ese cercano y apasionante mundo de los centros de salud. Por otro lado, la vida me ha llevado a finalizar mi licenciatura de psicología, carrera que aporta a mi formación como enfermera mayor seguridad y una visión con una perspectiva diferente.

De nuevo, a veces cuando escribo, me despisto en mi relato, pues pienso que un punto importante en este momento en el que estamos, pero quizás pensareis.

–          ¿Y porque demonios nos explica todo esto ahora? ¿Que tiene que ver con su viaje?.- Vosotros los lectores, los que seguís nuestras andanzas y nos ponéis una sonrisa en la boca con vuestros comentarios.

Pues la profesión, cuando uno la disfruta, es otro de los aspectos que a mi particularmente me pueden poner nostálgica: el día a día con mis compañer@s de trabajo, las conversaciones y dudas con los familiares de los niños, el coger en brazos a un bebe mostrando a su madre como instintivamente su boca al rozar el pezón se abrirá y empezará a mamar, los talleres de masaje infantil, los de lactancia, el seguimiento de un prematuro, las actividades en las escuelas…..mis practicas de psicología junto a Carmen, que me ponía el camino mucho mas fácil viéndola como se relacionaba con los niños en su querer saber un poco mas de ellos.

En Buenos Aires, me topé con mis dos profesiones, Andrea como enfermera y Romina como Psicóloga. Y los astros se volvieron a unir y Romina me invitó a pasar una mañana en el hospital donde trabaja como psicóloga practicante del psicoanálisis, con pacientes, niños internados, pacientes de terapia intensiva, pacientes maltratados… Y así paso la mañana fugaz, entre sus compañeros de trabajo, los cuales me cuidaron como una mas del equipo, no dejándome pasar ni un solo rato a solas. Y los pasillos del hospital con sus innumerables anécdotas que contar, el trajín del ir y venir, el abrirse de nuevo la puerta de la consulta, el cafecito entre colegas, el subir a planta y preguntar por ese paciente que el otro día necesitaba de vos…. Todo ello me trasladó a mi época hospitalaria y a saborear de nuevo todo lo que implica nuestra profesión.

Piratas, una loca aventura

Angel, Ishi y Noa estaban de nuevo en una de esas largas excursiones para dejarme tiempo para escribir en el blog. A veces es increíble lo que me quejo, pero claro el escribir se va convirtiendo en un hobby, y todos los hobbies llevan tiempo, y si de algo no disponemos en este viaje, es de tiempo.

Es curioso  pues una de las preguntas habituales que nos hacen en el camino es “si estamos de vacaciones”, bueno eso los que no conocen que llevamos tanto tiempo viajando, los que lo conocen nos hacen la segunda pregunta del millón ¿Cómo nos financiamos?, a lo cual yo siempre respondo si se saben el cuanto de las habichuelas mágicas :).

Ahora en serio, la idea de vacaciones es impensable en un viaje que dura más de un mes, de hecho una de las estadísticas que más me impresionaron al conocerlas, fue que el número de divorcios aumenta tras el periodo de vacaciones estivales ¿Lo sabíais?. La convivencia viajando es increíble, las relaciones o crecen o caen en picado. Es un día a día, lleno de trajín, de cambios, de dialogar sobre que hacer los próximos meses, es la organización, el equilibrio entre lo que quieren los adultos y lo que quieren los niños. Es el reto constante por intentar mejorar en un simple “homeschooling”, por saber apreciar los pequeños detalles, por no dejar de escuchar los enfados de Noa o Ishi, pues siempre tienen un significado escondido. Es el dialogo y batallas campales con tu pareja cuando no coincides, el comunicarte con tu familia y amigos, es conseguir dialogar con un nuevo colegio, es aprender a relacionarte con una familia diferente, es conocer culturas, a veces lejanas, desconocidas, es superar barreras lingüísticas, es ver la vida con esos ojos de niño o a través de las “gafas de ver” que me cuenta mi amiga Anina, aquellas gafas que nos dejan observar el mundo en su lado de la botella más lleno.

Y ¿Dónde estábamos? Ah si… Ángel tenia un día de lo mas movidito, intentar renovar los pasaportes de los niños, en la embajada española. Los pasaportes no estaban caducados pero en algunos países piden un margen como mínimo de seis meses antes de su fecha de caducidad.   Resulta que tras tremenda liada de ir y venir, fotografiar esas caritas lindas y demás milongas, los de la embajada les dijeron que el tramite que podían hacer es solo del pasaporte antiguo, es decir, el que no es digital y con el que algunos países no te permiten pasar aduana.

Si hubiese podido mirar por un agujerito en aquel momento, seguro que la cara de Ángel lo decía todo, pues cuando se va de excursión el solo con los niños, todo acaba siendo una aventura. Y lo de aventura siempre me recuerda a esta bonita canción.

Una aventura es más bonita

si no miramos el tiempo en el reloj

Una aventura es más bonita

cuando escapamos solos tú y yo.

 

Una aventura es más bonita

si hacemos creer a los demás que no hay amor

Una aventura es más bonita

si existe dueño para cada uno de los dos.


Reventamos, estamos que reventamos

cada vez que de frente nos miramos

y los pies bajo la mesa nos tocamos

y un beso robado queda siempre como adiós.

Grupo Niche

Y como todo en la vida, finalmente se relajó, renegó de renovar el pasaporte en Buenos Aires, no seria Angel si no renegase. La renovación seria en Japón, fueron a comer e hizo feliz a los niños regalándoles una tarde en el cine, pudiéndose sumergir en esa gran pantalla donde la magia comenzó cuando las luces se apagaron y con letras doradas aparecia el titulo de la película en 3D, “Piratas, una loca Aventura”.

Un día en la escuela de Mathias

Romina había conversado con la directora de la escuela de Mathi sobre nuestro proyecto educativo y sobre la posibilidad de explicar en la clase de Mathi nuestra experiencia como familia dando la vuelta al mundo. Así que ese día, Ishi se incorporó a la clase de su amigo porteño enfundados ambos en sus batas de colegiales.

–          Mathi, porque se hace esto con la bandera, en mi colegio no lo hacemos.- Comentaba Ishi al inclinarse cada niño sobre la bandera argentina y saludar a su bandera “nunca te olvidare bandera”.

–          Pues bueno, aquí lo hacemos siempre, tras hacer la fila y antes de entrar en el aula, significa que amas tu tierra.– Ishi estaba impresionado con el saludo.

Mientras, Noa y yo nos presentábamos a la directora, una mujer encantadora quien tras conocer un poco más sobre nuestro proyecto y sobre las batallitas de lidiar con la educación de los niños me recomendó dos libros que nos servirián como guía en este próximo curso. Teníamos que comprar los libros necesarios en lengua castellana antes de  volver a cruzar de nuevo el charco en busca del continente asiático.

El profesor de la clase de Mathi nos estaba esperando con un mapamundi colgado en la pizarra y con una bola del mundo sobre la mesa, y de esta forma con Noa entre mis piernas, pues sigue de lo mas vergonzosa cuando iniciamos una charla en una clase, nos presentamos a esa enérgica clase, donde los niños gozaban con nuestra historia y en la posibilidad de coger sus mochilas y partir junto a nosotros.

–          Bueno chicos, ha sido un encanto compartir este ratito con ustedes, Noa y yo nos vamos, les guiñé un ojo y les dije “cuiden de Ishi”.- y la puerta se cerró y dejamos atrás ese griterío propio de una clase con niños de 10 años antes de salir al recreo.

Visitando Buenos Aires

Buenos Aires es una ciudad con encanto, el pasear por sus líneas subterráneas, el conocido “subte”, donde es inevitable no dar con Mafalda. ¿Recordáis a Mafalda?, ese ser encantador, redondeado, con esos mofletes que te dan ganas de besar, esa niña tan morena, tan preguntona, tan entrometida con el mundo adulto, ese ser tan maravillosamente bello, de altos ideales, defensora de las causas justas….

Si todavía no la habéis descubierto os la recomiendo sin ninguna duda. Y si queréis, os podréis sentar a su lado en uno de los bancos del barrio de San Telmo, donde con un vestidito verde y su divertida cabellera te contará alguna de sus anécdotas, o te hará alguna pregunta para dejarte sin palabras.

«No tiene importancia lo que yo pienso de Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí».

Julio Cortázar

 «Puesto que nuestros hijos se preparan para ser, por elección nuestra, una multitud de Mafaldas, no será imprudente tratar a Mafalda con el respeto que merece un personaje real».

Umberto Eco

 «Después de leer a Mafalda me di cuenta de que lo que te aproxima más a la felicidad es la quinoterapia».

Gabriel García Márquez

Esta ciudad se ha de recorrer de arriba abajo, o de lado a lado, o bien dando toda una vuelta, que mas da, en cada rincón encontraremos algo que nos hará abrir de nuevo los ojos, las pintadas en las paredes, las tiendecitas, los mercadillos con esa vida tan particular, ese aire cultural, su gente, los autobuses en sus rutinas de ir y venir.

Existen un sinfín de alternativas diversas, pasar todo un día disfrutando del delta del rio Paraná, en Tigre, recorrer el jardín Japonés rodeado de un sinfín de jardines, para llegar al parque Tres de Febrero donde de nuevo nos dedicamos a hacer cabriolas junto a Noa, mientras Ishi iba danzando en uno de sus partiditos de futbol. Una niña tratando de bolar una cometa, los lagos, la Rosaleda en ese oloroso jardín de rosas.

Comimos en un restaurante del barrio chino, compramos tofu en una de esas tiendas donde todos los productos te parecen de lo mas extraño y regresamos a casa. No sin pasar por una peluquería de barrio donde a Ishi le cortaron el pelo.

Asado en Ciudad Evita

El coche iba hasta los topes, entre lo necesario para el asado, los niños, los no tan niños, es decir toda la “troupe” y sus artilugios, en dirección hacia Ciudad Evita, donde vive Isi, la abuela de Romina, nos esperaba un maravilloso día en familia.

–          Pásame el escarabajo, lo quiero estudiar de cerca.- Tere en el ultimo momento antes de entrar en el coche compró el ultimo numero de la colección de bichos, Mathi estaba fascinado con ello desde su descubrimiento.

–          No, lo “quiedo” ver yo y Noa, es mio.- Santi reivindicaba su derecho de tener la revista y el bicho incrustado en resina entre sus manos.

–          No mami, no se lo paséis a ellos, me arruinan las revistas, son unos pequeñajos y no las tratan bien.- Mathi protestaba.

Y así seguimos el resto del día, entre un fabuloso asado que consiguió Tere, una “abu” la mar de enérgica, con un humor muy sutil, el juego de los niños, sus enredos, alianzas y peleas, sus risas y conquistas. El sabor de esa carne recién asada, el mate, los helados de diferentes sabores, el favorito argentino, ese azucarado sabor a dulce de leche. Las conversaciones alrededor de la mesa, los platos y tenedores en su tintinear, las carcajadas tras la historia del nacimiento de Mathi, la anécdota de que “abu”, esa madrugada quedo encerrada en el coche, mientras que Romi era ingresada a punto de parir. Solo se percataron de que seguía encerrada en el coche cuando Mathias finalmente nació, una larga espera. Y finalmente, esa clase de conducir, Romi se examinaba en breve de la práctica y estaba de los nervios, así que le propuse hacer unas practicas por el barrio. Excepto por la sensación de ir a una velocidad de “tortuga reumática” pasó con creces la lección automovilística.  Y regresamos de nuevo a ese “hogar dulce hogar”, donde Santi y Noa nos deleitaron con un concierto en la oscuridad.

Un inciso “Las chicas”

El día que conocimos a esta familia, su casa estaba en la más plena oscuridad y tenían que partir hacia un encuentro con amigos. Tere estaba un tanto camuflada entre el hollín y grasa tras intentar reparar la persiana de madera que había caído tras un encuentro matutino con “Las Chicas”. La verdad es que no me quedó claro finalmente de quien fue la culpa, pero si de la vitalidad de las tres catalanas que habían pasado por su casa y a quienes conoceríamos nuestra ultima noche en Buenos Aires.

–          Uhhh! La que liaron, son tremendas, una bomba, no paramos de reir con ellas.- Romi y Tere nos contaban el paso de las tres mujeres.

“Las chicas”, como las solían llamar Romi y Tere, son un trio de tres catalanas con las que coincidimos una sola noche en su casa. Alegres, llenas de entusiasmo, dicharacheras, imposible de definir su edad, a mí me resultaba imposible seguirlas con solo escuchar sus andanzas. Más que visitar los lugares y recorrer Buenos Aires, fulminaron cualquier recorrido con una energía desbordante y aun, al final del día, se quitaban sus zapatillas deportivas, para tras una ducha y un pequeño snack adaptarse sus zapatos de baile y salir en busca de una noche más de tango.

Lejos de nuestro hogar, Romina, Teresa, Santiago y Mathias nos hicieron sentir como en casa. Con sus conversaciones, risas, paseos por la Boca, y buenos consejos sobre milongas, rutas, transportes y demás, nuestra estancia ha sido fácil e increíblemente agradable.

Gracias a ustedes hoy tenemos más buenos recuerdos que contar…hasta pronto!

«Las Chicas»

Tras nuestra partida hacia Chile

Romina y Mathi se despidieron a primera hora, mochila en mano, y bolso en bandolera dispuestos a emprender sus labores diarias. Romi hacia su querido hospital, donde algún paciente seguro esperaba de ella algo más de claridad. Mathi hacia la clase con la que compartimos un día de lo más especial. Tere y Santi dos horas mas tarde nos acompañaron a coger un taxi, de nuevo las maletas, esa mirada tristona en nuestras caras, abrazos alargados, cálida presión entre dos cuerpos, sabiendo que tenemos que decir adiós, pero sin realmente quererlo.

–          Hasta la vista guapísimos, nos vemos en Barcelona.– Nuestras manos se levantaron moviéndose suavemente hacia ambos lados.

Como os he contado, muchas veces las relaciones que establecemos en el camino son el mayor tesoro que estamos recibiendo a diario. Los lugares que cruzamos son hermosos, llenos de encanto, fuerza, belleza, pero las personas, que gozada poder disfrutar de cada una de ellas. Sus ilusiones, sus pensamientos, sus valores, su manera de ver la vida y disfrutarla, su generosidad, sus ganas de compartir.  Pues, que deciros, por supuesto que en el sendero que estamos trazando inevitablemente tenemos nuestros altos y bajos, nuestras incongruencias y miedos, ganas de regresar  a casa o de volver a tomar ruta hacia algún lugar desconocido. Cuando eso me sucede, pues soy yo la más nostálgica de la familia, miro de nuevo el blog, me dejo llevar por las vivencias al releer lo escrito o sumergirme en las fotos que tan delicadamente va plasmando Ángel.

Y entonces todo vuelve a encajar, cada pieza del puzzle vuelve a colocarse y mis ganas de conocer este mundo se renuevan de una energía inmensa y alegre.

Romina es una mujer que comparte una visión de un mundo que se asemeja inmensamente a mi forma de ver la vida: por un lado su esencia desprende un algo especial, su calidez desborda generosidad, la pasión por su familia emana belleza, su lucha por la incomprensión trasmite sabiduría y como dice ella en su libro Mamis por dos; Romina María Reinaudo, si uno se anima a transitar el camino que elije a recorrer, se llega inevitablemente a la felicidad.

Caray si fuimos felices conviviendo en su pisito de Buenos Aires, entre sus risas, las actuaciones de Noa y el dulcísimo Santi, el día que pasamos con la abu, la abuela de Romina, el asado argentino, la impresionante energía que desprende Tere, Mathias e Ishi compartiendo secretos, nuestras conversaciones nocturnas, mi día en el hospital con los colegas de Romi, desayunos, postres idas y venidas…… que gran familia comaternal.

Amigos queridos: por cualquier lugar de la casa que vayamos… hay cosas de ustedes: el elefante de Noa, una notita que Ishi le dejó a Mathi, su campera, el azulito que Noa dejó, Mujeres que corren con lobos con una dedicatoria hermosa… sé que debían seguir viaje, lo sé, pero no se imaginan lo que los extrañamos, porque la casa quedó muy silenciosa y no se si es que hoy tuve un mal día, pero estuve sensible ( te hice caso Diana y me fui al gimnasio) Creo que la experiencia de Couchsurfing es maravillosa, a medida que vienen nos pasa que nos sentimos tan a gusto la mayoría de las veces, que creo que hemos descubierto el sentido de este hermoso intercambio.

Nos dieron energía, impulso, fuerzas, para planear nuestro viaje.

Tienen dos hijos maravillosos y quiero que sepan, que si alguna vez alguno de ellos quieren tomar el rumbo por estos lados, aquí en Argentina, también tienen su casa.

GRACIAS GRACIAS Y MIL GRACIAS, POR SU EXPERIENCIA DE VIDA, SU FUERTE, SU ENCANTO Y SABIDURÍA.

Saben que? ya los quiero!!!

Pd: y esto de Buenos Aires!

Buenos Aires tiene ese no sé qué… una ciudad llena de rasgos europeos, clima tanguero y especialmente porteños plagados de ese furor latino, que hace de la ciudad, un lugar lleno de ruido, locura, acelere y encanto.

Mate dulce, amargo, con café, con yuyos, con edulcorante… alfajores negros, blancos; dulce de leche tradicional o repostero…

Un primero de mayo, llegaron ellos: Ishi asomado con curiosidad implacable, Noa, escondida detrás de Diana, con esa  sonrisa, que mantendría durante toda la estadía, y Ángel, con esos ojazos negros profundos y una cara de bonachón terrible!!!

Compartimos risas, charlas, proyectos, sueños, asados, sopas de verdura… planes… si, muchos creen que somos raros, pero eso es porque no tienen ni idea lo que queda en nuestro corazón y lo que a la vez se va, con ellos para siempre, un poquito de nosotros sigue viaje en cada uno.

                                                                                              Romina María Reinaudo

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3 respuestas a Buenos Aires, entre tangos y asados

  1. Marc Comas dijo:

    Què nostalgia de Buenos Aires, cómo me gusta esa ciudad y que buena experiencia que os lleváis de su gente. Un abrazo familia y seguir escribiendo que tenemos ganas de saber de vosotros!

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