Es agradable pasar unos días en un hotel, pero no tiene ni punto de comparación cuando te acoge una amiga. En el hogar de Laura nos esperaba una serena bienvenida. Es una mujer estupenda, cálida, su presencia te hace sentirte a gusto. Su casa está situada en un lugar privilegiado a la vera de un rio, rodeada de vegetación y con apenas vecindario.

Que frescura poder bañarte en el rio, pasear en canoa y tumbarte bajo ese enorme árbol, a pesar de que no puedes dejar de preguntarte que animales habitan en sus aguas. 

Hemos podido compartir pequeños momentos con sus amigos, Ishi ha disfrutado particularmente de sus clases a Aikido, quedando gratamente  impresionado de ese cinturón negro. 

Saugerties Farmer’s Market

Tuvimos la oportunidad de visitar el mercado de granjeros  de Saugerties. Ambientado con música en directo. Los niños disfrutaron de un taller de manualidades, donde entre botones, trocitos de lana, papeles de texturas suaves, rugosas y otro material reciclado, podían dar rienda suelta a su imaginación creando un variopinto dibujo de colores. 

Un Baño de avena

Noa amanece con un sarpullido en el tórax y espalda, de tanto calor que hace. No deja de rascarse.  Laura propone darle un baño de avena y empieza la fiesta. Agua caliente, risas, avena, grumos, más risas, inmersión en la bañera. Que sabia es la madre naturaleza, funciona!!!. Satisfechos, observamos como el prurito por fin cede.

Barbacoa, hamburguer, marshmallow y su particular encanto

Uno de las particularidades propias de los americanos son las barbacoas. En nuestro caso, disfrutamos de unas sabrosas y suculentas hamburguesas a la brasa entre pan y pan,  acompañadas de “pickles” (pepinillos), cebolla, pimiento y tomate, rociándolas según los gustos de ketchup y/o mostaza.

La “hamburguer” viene acompañada de una dulce mazorca de maíz, la cual deslizas suavemente por un trocito de mantequilla y vas mordisqueándola de lado a lado y de arriba abajo hasta completar toda la línea amarillenta y quedarte con su centro.

La cena fue emocionante. Sorprendentemente, el instante más explosivo fue ver cómo podemos utilizar los últimos rescoldos de brasas para disfrutar de un intenso y azucarado momento “Marshmallow”.  Todo tiene un sentido desde la elección del palo adecuado donde insertar tu “Marshmalow”, hasta la técnica a utilizar para que este coja un intenso tostado.

Los “Marshmallows” son semejantes a esas esponjosas chuches o gominolas de diferentes colores que denominamos “nubes”, al menos en Barcelona. Niños y adultos nos encontramos alrededor de la barbacoa con nuestro “stick” (palo) suficientemente largo para no quemarte, insertando en su punta nubes como locos, acercándolo a las brasas, volteando y esperando el mejor color para saborear la calidez de un apetitoso  “Marshmallow”. Parece ser que la primera vez que los tomas, acabas con cara y manos repletos de una pegajosa sustancia blanca. Nosotros nos manchamos lo justo, pero pensándolo bien, me recuerdan el sabor de nuestro pegajoso merengue, así que jugábamos con ventaja.

En fin que contaros, Laura conquistó rápidamente a la familia, los niños no han dejado de obsequiarle con todo tipo de dibujos, han redecorado su casa con su particular estilo “artecolorido”.  Por fin los críos dormían hacia las 9 pm y se despertaban a una hora prudente.  Gracias Laura por tu estupenda acogida.

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